domingo, 24 de octubre de 2010

ANIMALITOS

He pensado en los toros, y me he quedado muy perplejo. Parece que hay quienes quieren prohibir las corridas de toros (los correbous no, eso de ponerles fuego en los cuernos no debe ser maltrato) De los valores artísticos, plásticos, y culturales de los toros, no voy a hablar, GOYA y PICASSO, ya lo demostraron en su momento con su obra, mucho mejor de lo que yo podría hacerlo con mi palabra. Me he preguntado con frecuencia como se puede ser defensor de los animales, cuando se ignora a la mayoría de ellos. Cuando pienso en los terribles dolores, en los estertores de las lentisimas agonías producidas por los venenos de esos animalitos a los que se extermina sistemáticamente llamados cucarachas, se me hiela la sangre. ¡¡¡¡Cómo se puede ser defensor de los animales, cuando no se exige la inmediata retirada de insecticidas matarratas y matacucarachas!!!! Es que son menos animales por ser pequeños. En todo el mundo son millones de seres los que mueren de forma cruel y genocida. Y nadie se preocupa de ellos. Porque, ¡¡vamos a ver!! ¿cuál es el número de cucarachas y ratas que mueren al día en el mundo? La respuesta es clara, muchisimos más que toros. ¿Y por qué los defensores de los animales no se preocupan de ellos? Pues sencillamente, porque no son defensores de los animales, sino si acaso defensores de los toros. No sé tampoco porque no prohiben la pesca de la sardina. Esos maravillosos animales acuáticos que tienen una muerte tan cruel y espantosa, esa agonía lentísima provocada por la axfisia. Evidentemente, no son defensores de los animales. Porque tan animal es un toro, como una sardina, y tan cruel es la larga e interminable agonía por axfisia de una sardina, que la de un toro en una corrida. ¡¡¡¡¿Los toros sufren y las sardinas y las cucarachas no sufren?!!!! Por favor, algunos de esos "defensores" de los animales me lo puede explicar. Tampoco comprendo porque no exigen la prohibición de la caza. Cuando pienso en todas esas piezas de caza (palomas, perdices, patos, etc, etc) que quedan heridos de bala, y que pueden llegar a tener crueles, lentas y dolorosas agonías, hasta su muerte, se me hiela la sangre en las venas. A menos que esos "defensores de los animales" crean que las perdices no sufren. Por estas razones he llegado a la convicción de que hasta que esos defensores no consigan prohibir la caza, la pesca, y los matacucarachas, insecticidas, y matarratas, me erigiré en el más recalcitrante defensor de las corridas de toros, entre otras cosas.