domingo, 3 de abril de 2011

CONCILIO VATICANO II

El Concilio Vaticano II parece que cambió muchas cosas en la IGLESIA. El ecumenismo y la secularización parecen que han sido los que, al menos aparentemente, han sido más notorios. En algún blog que he encontrado por ahí, lo del ecumenismo lo consideran como el preludio de la venida del ANTICRISTO, o simplemente la alfombra roja, sobre la que se enseñorearará el anticristo. Aunque, en general, actualmente, la mayoría de los blogs católicos cree que ha sido algo positivo para la IGLESIA CATÓLICA, y también en general, se matiza que tampoco hay que pasarse con el ecumenismo. Lo de la secularización, ya es otro cantar. Sin cuestionarse, tengo la sensación de que no sé ve con muy buenos ojos. Yo personalmente, soy bastante reticente. Cada vez más tengo la convicción de que la IGLESIA CATÓLICA, no está en este mundo para ser secularizada por el mundo. Sino que es la IGLESIA CATÓLICA la que tiene, la misión, el deber y la obligación de sacralizar al mundo. Nos quejamos de que se acosa a la IGLESIA CATÓLICA en ESPAÑA, y se la quiere meter en un agujero y ponerle una alfombra encima (metafóricamente). Y yo percibo la situación actual de la IGLESIA CATÓLICA así en este momento, en ESPAÑA, y en el mundo también. Y sin embargo, son los propios fieles y la jerarquía los que han renunciado a exponer a DIOS NUESTRO SEÑOR y defenderlo. Se está desterrando para empezar de nuestro lenguaje cotidiano. Expresiones como: " Hasta mañana si DIOS quiere", "Vaya USTED con DIOS"; "AVE MARIA PURISIMA" y su respuesta: "SIN PECADO CONCEBIDA" y otras muchisimas expresiones, las hemos dejado de lado. Los hábitos, la sotana y el alzacuellos, ni te cuento ya. Ahora somos todos muy modernos. Parece que todo vale. La ortodoxia vaticana es lo de menos. Desde la monja holandesa porrera de los 70, hasta los sacerdotes que casan homosexuales. Eso es lo moderno, y a eso hay que apuntarse. Si empiezo con la liturgia, ya es el "ACABOSE", en fin, para que se te caigan los palos del sombrajo. Y sin embargo, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, no vino a nosotros para que fueramos muy modernos. La humildad, la obediencia, la mansedumbre, es lo que NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO nos trajo, y eso nunca ha sido moderno, en ninguna época, ni lugar. El AMOR adornado, de la humildad, la obediencia, la mansedumbre, el servicio, la entrega, es algo que nunca ha estado, está, ni estará de moda. Y es precisamente eso la NOTICIA, el EVANGELIO, la esencia del MENSAJE. A eso estamos llamados los cristianos, y a dejarnos conducir por nuestro PASTOR, el VICARIO de NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, SU SANTIDAD el PAPA. Los católicos no estamos peregrinando por esta tierra para ser modernos, ni para ser divinos de la muerte, sino para AMAR en la humildad, en la sencillez, en la obediencia, en la mansedumbre, en el servicio, en la entrega.

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