martes, 10 de julio de 2012

El monje que vendió su ferrari

Un gran amigo mío me recomendó leer este libro. Hace varios años que estoy oyendo hablar de este libro. Pero nunca me interesó lo suficiente como para decidirme a leerlo. Este mes de junio pasado, conversando con este amigo, me decidí a comprarlo y a leerlo. Acabo de terminarlo. Me ha parecido un libro bastante aburrido, repetitivo e insulso. Cierto tipo de reflexiones pueden ser humanamente válidas. Demasiado aderezado por típicos tópicos bastante manidos. Tal vez mi opinión esté inducida porque la espiritualidad la entiendo de forma muy alejada de todo eso que se escribe en esta novela. Este personaje central del libro que llega a su Sangri-La particular, aquí representado por esos sabios de Sivana, me dice más bien poco. Esos sabios lejanos, utópicos, e inalcanzables, que por otro lado quiere difundir todo su saber a todos los seres humanos, ¿si quieren dar a conocer su sabiduría, ¿por qué permanecen en ese lugar recóndito y arcano? En fin, eso sería incluso lo de menos.
Concebir la espiritual como algo para conseguir bienestar material, me parece muy discutible. En cuanto a lo del régimen vegetariano, me parece bastante poco serio. En fin, no voy a mencionar todas un cada una de las anotaciones que he hecho, mientras leía el libro.
Lo que si quiero poner de manifiesto es que si alguien ir en busca de la espiritualidad, que acuda a CRISTO.  La Santa Biblia, y miles de libros de espiritualidad católica, (XX siglos de literatura espiritual) dan para mucho. Sin ir más lejos estoy terminando el libro de Santo Tomás Moro, titulado: "La agonía de CRISTO", que es una verdadera joya, para mi todo un descubrimiento. Bueno, cuando lo haya leído ya escribiré algo sobre el libro, aún me quedan unas sesenta páginas.

2 comentarios:

MDR dijo...

Entre a tu blog por un comentario que dejaste en el blog de Angelo.
Y me llamo la atención esta entrada tuya, a mi también una vez me regalaron ese libro, quien me lo obsequió pensó que me gustaría mucho, pero la verdad, tampoco me gusto.
SL2!!

ANTONIO SEBASTIÁN dijo...

Hola, de nuevo, María. Si, compartimos al impresión que nos hizo el libro. Aún no se me ha quitado ese cierto sabor a vacío e intrascendencia. Pero bueno, tampoco es importante. Lo que me deja pensativo es que parece la espiritualidad en la sociedad actual se reduzca a eso.
Abrazos en CRISTO.
DIOS te bendiga.