viernes, 9 de enero de 2009

ESPAÑA

Yo pienso con frecuencia que es la tierra la que posee a los hombres, no los hombres a la tierra. Pertenecemos a la tierra, la tierra nos conforma, surgimos de la NATURALEZA. El SER HUMANO con crea la NATURALEZA, la TIERRA no surge del SER HUMANO, sino al contrario. Por eso los nacionalismos me parecen una de las cosas más espantosamente ridículas y esperpénticas que hay sobre sobre el TIERRA, o sobre cualquier otro planeta. Cuando recuerdo al SEÑOR CAROD, intentando obligar a todo el mundo, en pleno ataque de histeria, a pronunciar su nombre según sus tiránicos deseos, me desternillo de risa por los suelos. No sé que derecho tiene él, ni nadie a obligarme a pronunciar algo de esta o aquella manera. La cosa no tiene más trascendencia, yo seguiré pronunciando las cosas como me de la gana. Lo que me resulta cómico es que a alguien le de un ataque de histeria porque yo haga libremente lo que me parezca. Eso de rasgarse las vestiduras porque otro ser humano actúe en pleno uso de su libertad es para mi pura inquisición. Pero claro, ¿qué otra forma de destacar pueden tener? Desde luego la más rápida es proferir improperios contra cualquier cosa que sea diferente. Yo no considero nacionalismo a alguien que salga con la bandera que le representa gritando vivas. Me parece una actitud de agradecimiento hacía esa tierra a la que se pertenece. Lo que si entiendo por nacionalismo, es que para mostrar ese agradecimiento, se tenga que quemar la bandera del vecino, ultrajarla y humillarla. Yo creo que eso es intolerancia, y fascismo puro y duro. No hace falta que el gazpacho este muy malo, para que la butifarra esté muy buena. Necesariamente, para un nacionalista, el gazpacho tiene que estar muy, muy malo para que la butifarra esté buena. En fin, que cada uno es feliz como puede. Lo maravilloso es que yo puedo ser lo mismo de feliz con el gazpacho y con la butifarra y otros solo con la butifarra. No necesito que BARCELONA sea una mierda de ciudad, para que CÓRDOBA sea una ciudad maravillosa. Porque BARCELONA y CÓRDOBA son realmente ciudades maravillosas. Por eso para mi, los nacionalismos son desde todo punto de vista empequeñecedores, castrantes y limitantes. Es tal el desinterés que me producen, que siempre prefiero ver anuncios de la tele. Por otra parte si ESPAÑA es ESPAÑA todavía, es por el ESPERPENTO, es lo que la caracteriza. Y sin los nacionalistas y ciertos políticos, el esperpento desaparecería. SON la esencia ESPAÑOLA, pobres, que españoles que son.

2 comentarios:

Juan Eme dijo...

A mí, lo esperpéntico de nuestra condición me produce ternura. Es como empezar a tenerle cariño a alguien muy feo porque es honesto, porque es lo que es.

ANTONIO SEBASTIÁN dijo...

JAJAJAJAJAJA, sentimientos compartidos. Muchas gracias hermano, por ser tan honesto y tan bello.
Te quiero
ANTONIO