domingo, 23 de enero de 2011

CRISIS

Personalmente, la rebaja de mi sueldo, la hubiera acogido con regocijo, si antes de eso, hubieran sucedido varios hechos. Hago un listado: 1º.- Los sindicatos y partidos políticos son financiados por sus afiliados. 2º.- Ninguna ONG se financiará de los presupuestos generales del estado, sino de sus acólitos. 3º.- Las televisiones públicas desaparecen o se privatizan. 4º.- El ciudadano de pie, tiene las mismas prebendas que los políticos. A esta lista se podrían ir añadiendo algunos puntos más. Pero para mi, solamente estos cuatro, son más que suficientes, para que sintiera regocijo interior por mi bajada de sueldo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La iglesia sí y las ONGs ¿no? ¿La tele pública no? Pues si más arriba apreciabas la de la época franquista... Yo sí quiero Teles públicas porque me ofrecen mejores cosas que las otras. Con saber discernir lo que pretenden que nos traguemos, suficiente.

ANTONIO SEBASTIÁN dijo...

Mi estimable SEÑOR ANONIMO:
Ante todo, muchisimas gracias por su inestimable colaboración. Y después, mi matización acerca de su comentario, y que creo que no corresponde a lo que yo he escrito. Puesto que la IGLESIA se financia con las crucecitas que cada individuo marca en su declaración de la renta, libre y voluntariamente, es decir, no es de financiación pública (a nadie le obligan a marcar esa casilla, si no la marcara nadie, la IGLESIA, nada tendría); me parecería maravilloso que existieran todas las ONG que se financiaran con sus socios, y no del dinero público. Si alguien quiere montar un chiringuito que se lo financien sus acólitos. Con financiación privada, me gustaría que existieran millones y millones de ONG, es más, incluco muchas más. Creo que eso sería maravilloso, porque eso significaría, que tendríamos una sociedad civil activa y llena de fuerza y de energía para sacar proyectos adelante, sin tener que acudir al presupuesto público, y por tanto, ONGs críticas y nada complacientes con el poder y la oligarquía que lo detenta.
Así pues, por favor, que la ciudadanía cree millones y millones de ONG, y que salga de sus bolsillos y NUNCA del presupuesto público.
Y respecto a las televisiones, sigo pensando que es muchisimo mejor destinar ese dinero a que los ciudadanos no pierdan sus casas y acaben en la calle como indigentes. Las prioridades son las prioridades.
Espero impaciente sus próximas y enriquecedoras aplicaciones, mi querido SEÑOR ANÓNIMO.
ANTONIO

Anónimo dijo...

Pues será ahora, y ya le dije una vez que no tengo inconveniente en financiar la Iglesia por las razones que le expliqué. Pero piense en el dinero y esfuerzo "público" que se ha invertido en ella desde el siglo V, y en lo que el Estado actual destina a la restauración de edificios de la Iglesia.
Respecto a la tele, entonces, muchos profesionales que tienen casa pasarían a engrosar el paro y la perderían. Ya está bien, ya, la tele pública.