lunes, 21 de febrero de 2011

CINEFILIA

Mi devoradora cinefilia adictiva me hace querer ver siempre más cine, ansiar todo el cine que aún no conozco (afortunadamente la mayoría) y me hace disfrutar apasionadamente de la inmensa mayoría del cine que veo. En la última semana he disfrutado de "Tierras de Penumbra", una cinta de 1993, dirigida por Richard Attenborough, con Anthony Hopkins, Debra Winger como protagonistas. Se basa en la vida de C.S.LEWIS y trata sobre el amor y el dolor, y a mi modo de ver lo hace con una enorme elegancia y profundidad. En esta semana, además, he podido disfrutar de la versión de BEN-HUR de 1925, protagonizada por RAMON NOVARRO y que me sigue pareciendo hermosa y conmovedora, con ese singular uso del color y del desnudo, tan natural, espontáneo, sin ningún énfasis, ni distorsión, sin infravalorarlo, ni sobrevalorarlo. A esta lista añado "Y la vida continúa" de ABBAS KIAROSTAMI. Hace unos días comenté la película "El sureño". ¡Qué dos películas tan diferentes y con tantos puntos en común. "Y la vida continúa" me parece una película muy bella y contemplativa, luminosa y cotidiana, tanto como "El Sureño". La descripción de la profundidad de la vida a través de lo cotidiano es una constante en las dos. Y, personalmente, esa profundidad de lo cotidiano es la esencia de la felicidad, del amor y de la vida. Las escenas de las bombonas de butano, en mi opinión, tienen una gran carga de simbolismo y de metáfora, al igual que el mundial de futbol, que impregna toda la película, practicamente desde el primer fotograma. Y el final de la película centrada en esa bombona de butano y que para mi es soberbio ( como otras escenas a lo largo de la película). No sé muy bien si el Irán que muestra ABBAS KIAROSTAMI en sus fotogramas es el Irán real o no tiene nada que ver. Desde luego ni en "¿Donde está la casa de mi amigo?" (la anterior película suya que vi), ni en "Y la vida continua" puedo ver nada del totalitarismo moro de la élite política que reprime sanguinariamente al país. Lo cual tampoco es de extrañar. Con mucha más frecuencia de lo que parece, la oligarquía política nada tiene que ver, ni nada sabe, ni de los ciudadanos, ni de sus inquietudes, ni de sus problemas. La visión de Marjane Satrapi en su "Persépolis" recoge ese ambiente axfisiante de la vida urbana de Teherán. Parece que en las zonas rurales de Irán, por lo que respecta a eso parece todo diferente, según ABBAS KIAROSTAMI. Bueno, hay que hacer dos referencias que parecen una velada crítica. Una es un comentario que aparece en la radio del coche, sobre la pureza de la música iraní, que contrasta con la música elegida por el artista y después una pregunta que hace el protagonista que viene a preguntar algo así como: "¿Eres un beato?" A lo largo de todo el metraje de "Y la vida continúa" se ven personas serenas, sensatas, generosas que quieren seguir adelante con sus vidas, después de haber sufrido una experiencia devastadora. Me parece una película llena de esperanza y muy optimista. Impresión lejana a la que sentí en "¿Dónde está la casa de mi amigo?". Me resultó opresiva, desasosegadora y un tanto agobiante. No obstante ese final sencillo, simple y de una lógica aplastante, en un instante transformó esas sensaciones en una sonrisa. Sinceramente el final me resultó muy emotivo. Final que me hizo reflexionar (una vez más) sobre la forma de educar y sobre la mejor manera de conseguir que el niño obtenga de sí mismo las soluciones a algunos "problemas" que se le presentan. Decididamente, tratar al niño como si fuera un incapaz mental, creo que siempre es contraproducente. Creo que el niño tiene que medirse a si mismo ante la vida, eso si resolviendo problemas o dilemas a su escala. Y por último, "El abrazo de la muerte", cuyo título en inglés es "Criss Cross". La disfruté inmediatamente después de "Y la vida continúa" (contraste evidente y muy sano). Es una película de 1949 dirigida por Robert Siodmak, protagonizada por Burt Lancaster y Yvonne De Carlo, y con música de Miklós Rózsa. El señor Siodmak saca del señor Lancaster una carnalidad de una virilidad casi absoluta, acompañado de Yvonne de Carlo que está arrebatadora y perturbadora "a más no poder". En fin, cine negro del bueno buenisimo. Creo que mi cinefilia ya no tiene cura. ¡¡¡Qué le vamos a hacer!!! Por mi parte nada

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