domingo, 12 de febrero de 2012

Cuentos de ÉRIC ROHMER

He empezado a disfrutar los cuentos de ROHMER. Cuento de primavera, cuento de verano, cuento de otoño y cuento de invierno.
He disfrutado los dos primeros, primavera y verano. Este cine de ROHMER cada vez me gusta más. En esta ocasión, cuento de verano me ha impresionado más. Lo cual no quiere decir que uno sea mejor que otro. En este momento de mi vida, cuento de verano me ha dejado más huella. Me ha hecho reflexionar mucho más profundamente, me ha dejado cavilando. Aún sigo. Entre otras cosas trata de las relaciones personales, las relaciones afectivas. Las decisiones erráticas del protagonista masculino principal GASPARD, me ha divertido muchisimo, y me ha hecho reflexionar en los conceptos que presenta y en mi propia vida personal. Si, me doy por aludido. Esa forma superficial de relacionarse con los demás, sin ninguna trascendencia, sin tener en cuenta el conocimiento profundo del otro, sino simplemente su apariencia, en base a sus comportamientos, y prescindiendo de todo interés por conocer la causa, el origen de ese comportamiento. En base a lo que uno le apetece, dando por sentado que lo que a mi me apetece le tiene que apetecer al otro. Y no por maldad, sino simplemente porque el interés en la otra persona es tan chato, tan banal, tan trivial, que solo el hecho de estar bien al lado de otra persona, se da por sentado que ya a la otra persona le tiene que interesar lo mismo que a uno. Algunas escenas de este cuento me han sacado torrentes de carcajadas.
En fin, que me ha dado mucho que pensar.
Respecto al cuento de primavera, podría destacar algunas declaraciones de la protagonista femenina, profesora de Filosofía de secundaria, que debería aplicarse algunos profesores de Filosofía que conozco, si, lamentablemente, más de uno. Y es que partir de la idea de que el ciudadano, el alumno es un incapaz intelectual es algo, además de lamentable, destructivo.

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