viernes, 25 de mayo de 2012

ACAPO

Asociación Cultural Amigos Palmeros de la Ópera. Ha terminado el primer ciclo de música de Cámara que en mi opinión ha sido modélico. Un éxito completo, de un nivel mucho más que digno. Espero impaciente el próximo y que vaya a más. El último concierto ha sido de piano. Enrique Bagaría nos ha hecho disfrutar de un concierto decimonónico. Un maravilloso prologo mozartiano de finales del XVIII, y epílogo formidable del siglo XX español. Reconozco que su Chopin me tuvo un poco desconcertado al principio. Mis referentes en la interpretación de  Chopin son Arthur Rubinstein, Claudio Arrau, y Maurizio Pollini, y su interpretación me pareció muy singular, de gran delicadeza, nebulosa, suave y de gran belleza. En fin, todo un Chopin impresionista, a lo Debussy, o Ravel. La cuestión de que tiene eso que ver con Chopin no la tocaré. Pero la percibí como muy hermosa. Me hizo reflexionar. Seguí reflexionando mientras escuchaba las obras de Liszt, y también impaciente y lleno de curiosidad por saber que haría con Falla. Debo de reconocer, que no tiene nada que ver con el Falla de Alicia de Larrocha, por ejemplo, pero fue un placer escucharle. Disfruté mucho de principio a fin. Desde ese Mozart un poco chopiniano, pasando por ese Chopin un poco raveliano o debussiano, a ese Liszt, muy en su sitio y llegando a ese Falla, personal, luminoso y con brío.
Desde aquí, le doy las gracias a Enrique Bagaría, y por supuesto también a ACAPO, y todos aquellos que han hecho posible este ciclo.

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