Cada vez que paso por CÓRDOBA me pongo frenéticamente a hacer fotos. Cada vez es más intenso el frenesí. A veces mi madre mi mira como si yo estuviera poseido por una fuerza maligna. No comprende muy bien, como llevando toda la vida paseando por las mismas calles, de repente, me ponga a sacar fotos con un afán arrebatadoramente enloquecedor.
domingo, 24 de agosto de 2008
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