Soy efímero, sin embargo no me siento muy atraído por lo inmediato, por lo pasajero, ni por lo instantáneo. Sé que solo se puede vivir el presente, y me dedico a ello. No obstante, el pasado me obsequia tantos alicientes, tantas sorpresas, tanto encanto, tanta magia, tanta belleza, tanta emoción, tanta intensidad, y tanto estremecimiento como el presente.
sábado, 9 de agosto de 2008
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