miércoles, 13 de agosto de 2008

URBANIDAD

Cada vez soporto menos la violencia, la brutalidad, la falta de respeto y de consideración. Me molesta indeciblemente en la realidad, y también en la ficción. Más que molestarme me siento agredido, me siento ofendido. En algún instante he pensado que si la única forma de ser original y transgresor para algunas personas es esa; esas personas no dan demasiado de si.
Claro que a continuación, mientras escribo esto, me estremezco a mi mismo. Me siento abrumado pensando que tal vez yo también actúe de forma violenta, irrespetuosa, descortés o desconsiderada, en mis acciones o comportamientos cotidianos. ¡Ojalá, haya alguien que me lo haga ver!. ¡Ojalá tenga la fortuna de advertirmelo a mi mismo!. ¡Ojalá sea lo suficientemente imparcial, mejor dicho, honesto conmigo mismo, como para poder reconocerlo! No solo reconocerlo, sino enmendarlo.

No hay comentarios: